El Perú ha registrado su peor posición histórica en el Ranking de Competitividad Mundial 2024, descendiendo al puesto 63, de 67 países evaluados. Este retroceso refleja una serie de desafíos económicos y políticos que amenazan con frenar el desarrollo y las inversiones extranjeras en el país.
Por Roxana Vásquez Palacios. 01 julio, 2024. Publicado en diario Correo el 1 de julio del 2024En esta entrevista, el doctor Cristian Maraví, economista y profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Piura, aborda los factores que hay detrás de esta caída y brinda recomendaciones para mejorar la competitividad del país.
¿Qué factores han contribuido al descenso del Perú en el Ranking de Competitividad Mundial?
El desempeño económico y la eficiencia de los negocios son los principales factores. La caída del PBI, los problemas de conflictividad social y el fenómeno El Niño han desplazado al Perú 7 posiciones hacia abajo, en el ranking. En cuanto a la eficiencia de los negocios, hemos caído 7 posiciones respecto al año anterior y 30 desde el 2008. Esto debido al deterioro de la productividad laboral y la disminución significativa de las capacidades de gestión en las empresas.
¿En qué aspectos específicos se ha observado la mayor regresión en comparación con años anteriores?
También hemos visto una caída en la eficiencia del gobierno y la infraestructura. La corrupción y los conflictos internos han deteriorado la estabilidad institucional, esencial para fomentar la inversión. En términos de infraestructura, ha habido un deterioro en las inversiones en I+D, importantes para impulsar la innovación y el crecimiento a largo plazo.
¿Cuáles son las posibles repercusiones económicas del bajo índice de competitividad del Perú?
El ranking de competitividad muestra información relevante para los inversionistas. Los empresarios en todo el mundo buscan oportunidades de inversión a fin de incrementar su riqueza financiera (siempre y cuando se den las garantías necesarias para desarrollar sus actividades económicas). Esta caída en el ranking nos hace menos atractivos para desarrollar inversiones en el corto, mediano y largo plazo, especialmente en comparación con otros países.
¿Qué sectores económicos podrían verse más afectados por esta situación?
Esta caída en el índice de competitividad afecta a todos los sectores económicos. Sin embargo, los más golpeados serán aquellos que estén más relacionados con los proyectos de inversión, tales como minería, construcción, transporte y tecnología e innovación. Es muy importante, también, considerar el rápido crecimiento del sector agroexportación, el cual depende mucho de la inversión extranjera y nacional. La poca estabilidad que nuestras instituciones proveen puede frenar este crecimiento.
¿Cómo afecta la caída en el índice de competitividad a las inversiones extranjeras directas en Perú?
Precisamente la inversión extranjera directa, definida como la inversión con propósitos de generar vínculos económicos duraderos, puede ser la más afectada; pues cada año, desde el 2008, el índice de competitividad ha venido cayendo sostenidamente: y, el 2024 ha tenido su mayor disminución. Sin una vista de mejoras al futuro, será muy complicado incrementar la inversión extranjera directa.
¿Qué medidas inmediatas se pueden tomar para revertir esta tendencia?
Esta tendencia negativa en el posicionamiento de competitividad mundial nos da luces sobre los aspectos en los que debemos corregir como nación. El debilitamiento institucional es uno de ellos. Todos nuestros esfuerzos deben centrarse en proporcionar estabilidad política y jurídica; así mismo, se debe retomar la lucha para la reducción de la corrupción. Del mismo, debemos hacer el esfuerzo por retomar los proyectos mineros de gran envergadura y seguir empujando los de infraestructura, como el mega puerto de Chancay.
¿Podemos hacer que, como en el 2008, el Perú sea una “estrella económica”?
Hoy, como antes, dependemos del precio de los minerales. Considerando que el precio del cobre está creciendo, existen oportunidades para aprovechar otro periodo de bonanza económica. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría el 2008, hoy nuestras instituciones están debilitadas. La relación de la población con el Estado, a raíz de los muertos en las protestas y los altos indicios de corrupción, hacen que la aprobación de proyectos mineros importantes se vea comprometida. Replicar lo que pasó durante los 10 primeros años del sigo XXI en Perú, dependerá de la estabilidad que podamos garantizar a los futuros inversionistas.
¿Qué papel juegan la educación y la formación profesional en la mejora de la competitividad?
A través de la educación podemos potenciar otros pilares, como el desempeño económico. Trabajadores altamente calificados son menos propensos a trabajar en sectores informales, por lo que, seguir con la reforma educativa es necesario. La tarea más urgente es recuperar la independencia y fortalecimiento de la Sunedu. Hay evidencia empírica que muestra que los estudiantes graduados de universidades licenciadas han conseguido, en promedio, mejores trabajos que quienes estudiaron en universidades que no lo están. La calidad universitaria asegura trabajos de calidad y mejora la productividad laboral de nuestro país.
¿Qué papel puede jugar el Gobierno para lograr este objetivo?
Un gran pilar en el índice de competitividad es la eficiencia del gobierno. Por eso, más allá de pensar en alguna acción específica, la respuesta más inmediata es ofrecer garantías para que las inversiones puedan desarrollarse en un marco legal y normativo. Respetar los tratados internacionales, el derecho penal internacional, y tener instituciones independientes garantiza un desarrollo económico sostenible en el largo plazo.
¿Qué políticas públicas podrían implementarse para fomentar la productividad, la innovación y el desarrollo empresarial?
Además de las garantías que debe ofrecer una nación para el desarrollo de actividades, se pueden plantear políticas orientadas al desarrollo económico e infraestructura. La experiencia de Estados Unidos, Japón, y demás países de la OECD, muestran que los subsidios o recortes de impuestos a los sectores que innovan puede estimular la generación de patentes, y la aplicación de tecnología de vanguardia en nuestro país.
Este tipo de inversiones tiene grandes externalidades positivas hacia otros sectores, por lo que mucho de este subsidio puede justificarse con el incremento de ingresos tributarios de los sectores contagiados positivamente por el crecimiento del sector I&D.
A nivel de capital humano…
A este nivel, el Gobierno, mediante los programas de soporte educativo, como Beca 18 y los COAR, ayuda a que más personas accedan a educación de calidad. Del mismo modo, una SUNEDU independiente garantiza educación universitaria de alta calidad.
Y, el desarrollo de una infraestructura moderna ayudará, también, a mejorar el ranking de competitividad mundial. La construcción de carreteras, puertos, aeropuertos son factores que definitivamente marcarán la trayectoria hacia una economía más desarrollada.
Cristian Maraví
- Es doctor en Economía por la Universidad de Rochester (Nueva York, Estados Unidos).
- Es investigador y profesor a tiempo completo de los cursos de Macroeconometría y Crecimiento y Fluctuaciones en la UDEP.
Datos destacados
- En el 2008 la economía peruana creció a una tasa del 9.1% anual y el 2010 al 8.3% anual. Los últimos 5 años, el PBI creció en promedio a una menor al 2% anual.
- En cuando a desempeño económico, el Perú ha descendido del puesto 53 al 60.